viernes, 20 de julio de 2007

Hasta siempre Fontanarrosa...


Otro Negro que se nos va....

La verdad no quiero ponerme triste ni nada. eh... pero siempre es bueno acordarse de cosas preciadas. Yo del negro aprendí mucho. La grandeza de las cosas pequeñas, las enormes diferencias entre la simpleza y la simplicidad... hablando de las cosas simples no? de eso se trata. La verdad nunca dejé de ir al mismo almacen de mi barrio, pero de la mano de él aprendí a mirarlo de otra manera. Entendi por qué este loco barbudo nunca se fue de Rosario... en otra escala... Rosita, la vieja del almacen me daba mejores consejos que Carrefour, me fiaba los puchos y le presenté más novias que a mi mamá.

Una tarde de Abril de 2006, el destino o la casualidad me ubicaron en el momento justo, en el lugar indicado, para que tuviera un espacio y tiempo común con el Negro. Una mesa de café en un bar de Palermo. Fue una charla-vuelo rasante que duró lo que dura un partido de futbol, más una sobremesa de media hora más. Hablamos de chicas, de futbol, de su vida de la mía.

Que yo me lo encontrara quizás no fue tan casual como exageré, antes. Roberto recien salía de una agotadora jornada en la Feria del Libro, y andaba buscando desesperadamente un televisor para poder ver a Central, y fue a dar con el bar vecino donde, en alquel entonces yo trabajaba.

Esa tarde nublada y ventosa, Central perdió, pero yo gané.... Gané algo que me engordó el alma.

Y hoy que el nudo se me fue de la garganta a los dedos... Gracias por la sencilles, por las cosas simples, por el cafe, por tus novias por las mias...

hasta siempre, Negro

No hay comentarios: